Reverdecer










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***

Y la semilla cayó en la baldosa
y la lava derritió el asfalto
arriba del pavimento, la playa
de estacionamiento
y para el frio el auto prendido
fuego
en medio de la calle
arboles frutales
huerta en la vereda
alejando escombros
esculturas de antiguas rejas
risa del miedo
guiso de policia...


***

¿Como está la tierra despues de años con cemento encima?
Pregunta a ser respondida por medio de la investigación y experimentación.




***

Los aforismos son la cosecha
el pensimiento el huevo, la semilla nunca escríta
pasto de la poesía
cuerpo tierra
luz ilusión
noche enigma
dispersión la fundición del alambrado
agua amor
vida calor, inquietud vibratoria
música de risa.







No somos de los que creen que allí donde crece el desierto crece  también su antídoto. Nada puede suceder que no comience con una  secesión en relación a todo lo que hace crecer ese desierto. [TIQQUN]


REVERDECER es una macumba curativa

Reverdecer llegó a mi súbitamente unos días en los que buscaba sin cansarme un nombre para ese estado relacional intrapersonal en donde, despues de sentirse extraños y distantes, volvemos a vivir la presencia del aquí/ahora, jugar y divertirse. Osea reverdecer es el momento en el que nos alivianamos de nuevo, frescos como lechugas. Ese día iba en bicicleta a toda velocidad por la calle y la imagen que ví fue la del infra-verde (podía pasar por los semáforos en rojo pero para mi era verde en lo subterráneo) entonces visualicé proyectivamente lo que después dibujaría: un semaforo con el verde roto por un martillo, y con el sigilo de reverdecer dentro. Ahi no pare de decir el mantra reverdecer deformandolo infinitamente en todas sus partes (reverdecer-verderreser-devenirser-redeveser-verreseder). El año pasado pisaron al perro de una amiga, el hermoso coco y cuando llegué al bulo miré el semaforo de la esquina con bronca "maldito verde" (es una avenida bastante violenta), resulta que mas tarde de noche un amigo entra gritando que chocaron dos autos, habían arrancado de cuajo al semaforo llendose contra la esquina.

El dia siguiente concluí la obra dandole baldosazos al verde que quedaba jeje que vandalo no? me rompi el dedo en el primer intento pero me cargue con el vidrio, al segundo rompi la lamparita. Obviamente solo reactivó el consumo dado que el Estado mandó a sus empleados a arreglar todo, pero fué el epicentro de la epidemia Reverdecedora. No importa que sigamos en nuestros autitos y no queramos tener pasto en la vereda/acera para no cortarlo, igualmente el asfalto será lava incandescente porque somos un pedo cósmico de gaia, esa naturaleza con una intencionalidad muy diferente a la humana (no me refiero a la naturaleza que los humanos se siguen queriendo poner en la boca). Sobre todo a el intento del progresismo industrialista, y las corporaciones tercerizadoras que marchitan el multiverso. Contra estos enemigos nació Reverdecer, su tarea es la dificil reforestación pero ya existe la conciencia de que hay que fugar hacia algo diferente que el capitalismo que se traga solo y muere. Es una lanza rota pero puede seguir clavando, su agonía nos arroja parasitos que quieren que nos aferremos a sus mecanismos asfixiantes, sus finalidades de progreso hacia el cancer.

El cancer es la civilización, lo produce su indústria, las represas no solo matan todo sino que exilian pueblos, como el agua contaminada y desperdiciada de nuestros grífos, el rocío que hacia el ocaso infesta el aire de glifosato que fué vertido sobre la profundidad del campo sojizado en américa (monsanto corp), que después deviene comida de granjas industriales que abarrotan vidas animales, con la subsecuente desforestación para plantar la soja transjenica que desenboca en inundaciones. La mierda no vuelve a la tierra, podriamos en vez de tirar tanta agua con la cadena, hacer compost (fertilizante) con la caca y los residuos organicos, podriamos preocuparnos por reforestar (quizas con nendo dango). Estas son algunas leves consideraciones para un reverdecer y replanteamiento (de plantar jaja) molar, colectivo, en la conciencia unificada de la cuarta densidad dimensional.

Pero tambien esta mi lado micro, molecular, glocal (local y global) que se manifestó en un reverdecer de mi huerta, porque empece a cosechar en mi casa. Aprender de las plantas, hacer reiki con las plantas, adquirir la paciencia de un arbol, la delicadeza de un brote, hacerse mujer con la luna, cargarse del sol son todas enseñanzas que nos trae esta epidemia de REVERDECER . El tiempo me fue sintonizando con esos ciclos, y fui sintiendo como planta y como bicho, tambien como bacteria que pulula en las capas superiores de la tierra fertil. No somos mas evolucionados que ellos (es tendenciosa una "escala" mineral-vegetal-animal-humana) somos la misma cosa, no hay division entre nos aunque nuestro lenguaje dicotómico lo encuentre. Somos inmanentes. Todo es uno, la contradiccion no es algo para escapar es el caos que somos, es el fuego heraclíteo al que todo vuelve alguna vez. Fuego es el ser del devenir.

y nosotras vamos a REVERDECER



Invoquen a reverdecer, o hagan sonar su mantra o dibujenlo en el lugar que crean indicado en esas situaciones donde todo se resquebraja o pudre o marchita, para darle nueva vida al asunto. Del chakra del corazon podemos sacar una bola verde druidica y dirigirla a quien necesite curación, o cuando la rabia es demasiado cegadora en alguien puede ayudar a mermar. REVERDECER es tanto energia como la henki dama de goku, energia de la tierra para curacion regenerativa de los ecosistemas miltiversales, asi que lo podemos usar para curar personas enfermas, envolviendolas en un huevo verde con la imaginación. En luna llena podemos ofrecer semillas a reverdecer y tirarlas en la tierra salmodiando su mantra.




Para ilustrar la actitud Reverdecedora que un enfermo puede aprovechar a su favor, dejo las palabras del bigotudo sobre el combate contra el resentimiento:

El estar libre de resentimiento, el conocer con claridad el resentimiento - ¡quién sabe hasta qué punto también en esto debo yo estar agradecido, en definitiva, a mi larga enfermedad! El problema no es precisamente sencillo: es necesario haberío vivido desde la fuerza y desde la debilidad. Si algo hay que objetar en absoluto al estar enfermo, al estar débil, es que en ese estado se reblandece en el hombre el auténtico instinto de salud, es decir, el instinto de defensa y de ataque. No sabe uno desembarazarse de nada, no sabe uno liquidar ningún asunto pendiente, no sabe uno rechazar nada, - todo hiede. Personas y cosas nos importunan molestamente, las vivencias llegan muy hondo, el recuerdo es una herida purulenta. El mismo estar enfermo es una especie de resentimiento. -Contra esto el enfermo no tiene más que un gran remedio: yo lo llamo el fatalismo ruso, aquel fatalismo sin rebelión en virtud del cual un soldado ruso a quien la campaña le resulta demasiado dura acaba por tenderse en la nieve. No aceptar ya absolutamente nada, no tomar nada, no acoger nada dentro de sí, - no reaccionar ya en absoluto... La gran razón de este fatalismo, que no siempre es tan sólo el valor para la muerte, en cuanto conservador de la vida en las circunstancias más peligrosas para ésta, consiste en reducir el metabolismo, en tornarlo lento, en una especie de voluntad de letargo invernal. Unos cuantos pasos más en esta lógica, y tenemos el faquir, que durante semanas duerme en una tumba... Puesto que nos consumiríamos demasiado pronto si llegásemos a reaccionar, ya no reaccionamos: ésta es la lógica. Y con ningún fuego se consume uno más velozmente que con los afectos de resentimiento. El enojo, la susceptibilidad enfermiza, la impotencia para vengarse, el placer y la sed de venganza, el mezclar venenos en cualquier sentido - para personas extenuadas es ésta, sin ninguna duda, la forma más perjudicial de reaccionar: ella produce un rápido desgaste de energía nerviosa, un aumento enfermizo de secreciones nocivas, de bilis en el estómago, por ejemplo. El Resentimiento constituye lo prohibido en sí para el enfermo - su mal, por desgracia, también su tendencia más natural. - Esto lo comprendió aquel gran fisiólogo que fue Buda. Su «religión», a la que sería mejor calificar de higiene, para no mezclarla con casos tan deplorables como es el cristianismo, hacía depender su eficacia de la victoria sobre el resentimiento: liberar el alma de él - primer paso para curarse. «No se pone fin a la enemistad con la enemistad, sino con la amistad»; esto se encuentra al comienzo de la enseñanza de Buda - así no habla la moral, así habla la fisiología. - El resentimiento, nacido de la debilidad, a nadie resulta más perjudicial que al débil mismo; - en otro caso, cuando se trata de una naturaleza rica, constituye un sentimiento superfluo, un sentimiento tal que dominarlo es casi la demostración de la riqueza. Quien conoce la seriedad con que mi filosofía ha emprendido la lucha contra los sentimientos de venganza y de rencor, incluida también la doctrina de la «libertad de la voluntad» -la lucha contra el cristianismo es sólo un caso particular de ello-, entenderá por qué yo saco a luz, precisamente aquí, mi comportamiento personal, mi seguridad instintiva en la praxis. En los períodos de décadence yo me prohibí a mí mismo aquellos sentimientos por perjudiciales; tan pronto como la vida volvió a ser suficientemente rica y orgullosa para ello, me los prohibí por situados debajo de mí. Aquel «fatalismo ruso» de que antes he hablado se ha puesto en mí de manifiesto en el hecho de que durante años me he aferrado tenazmente a situaciones, lugares, viviendas y compañías casi insoportables, una vez que, por azar, estaban dados, - esto era mejor que cambiarlos, que sentir que eran cambiables, - que rebelarse contra ellos... El perturbarme en ese fatalismo, el despertarme con violencia eran cosas que yo entonces tomaba mortalmente a mal: - en verdad ello era también siempre mortalmente peligroso. - Tomarse a sí mismo como un fatum, no quererse «distinto», - en tales circunstancias esto constituye la gran razón misma. [Nietzsche - Ecce Homo - Porqué soy tan sabio - 6]

"Los que saben hacer compost bien, saben cómo hacer desaparecer la basura de la casa, que se va achicando y se va convirtiendo en tierra sin olor a podrido y sin líquido. Por mi culpa hay unas dos mil manadas que hacen esto y me gustaría que sean cada vez más; algunas tienen terrazas, patios y otras no tienen nada, más que un tacho bajo mesada o al lado de la mesada. La gente que empieza a hacer compost dice “por primera vez en mi vida, he convertido algo repugnante e inútil en agradable y valioso, ¿qué pasa si eso mismo lo hago con otras cosas de la vida?” Así que este mandamiento tiene que ver con el compost interior: tengo que encontrar la basura adentro mío y luego puedo perdonarla, a partir de ese momento se transforma en fuerza."  [Antonio Urdiales Cano]